Durante las vacaciones, muchas familias deciden relajarse en piscinas, playas o centros recreacionales. Sin embargo, pueden transformarse en un foco de enfermedades comunes estomacales y cutáneas. El médico de Urgencias de Clínica Los Carrera, Dr. Alex Faneites, enfatiza acerca del autocuidado en esta temporada.

¿Más de 30 grados? Comenzó una nueva temporada de piscinas, pero esta vez sin restricciones sanitarias y de aforo para los chilenos y chilenas, quienes ya se preparan para capear las altas temperaturas. Ante esto, especialistas hacen un llamado a la prevención y al autocuidado para disfrutar de mejor manera esta temporada estival.

“La humedad y el calor son factores ideales para la proliferación de bacterias, hongos y patógenos en general. Por ello, las piscinas pueden convertirse en un espacio ideal, si no se toman las medidas. La cistitis, la conjuntivitis, hongos en los pies, otitis o candidiasis son las afecciones más comunes que se pueden contraer en estos espacios”, explica el médico de Urgencias de Clínica Los Carrera, Dr. Alex Faneites.

Así lo reveló un estudio del CDC –Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades- las actividades acuáticas recreativas están relacionadas con 90 millones de enfermedades, siendo la natación uno de los principales catalizadores de infecciones respiratorias, de oídos, de la piel y de afecciones gastrointestinales, a través del agua.

En tanto, una reciente investigación publicada en ScienceDirect indicó que la distribución de los genes de resistencia a los antibióticos (ARG) aumentó significativamente en bañistas a través del contacto dérmico, es decir, se detectaron 18 ARG que no fueron identificados antes de nadar en la piel humana y permanecieron después de la ducha, evidenciando un alto flujo de bacterias riesgosas para la salud de los nadadores.

Entonces, ¿y el cloro? Este elemento químico en las piscinas es indispensable para que se mantenga limpia, sin embargo, en exceso puede ser perjudicial para la salud. Por lo mismo, se recomienda no abrir los ojos bajo el agua ya que genera irritaciones no tan sólo en los ojos, sino también, en la piel y las vías respiratorias. La normativa establece que la concentración óptima de cloro en la piscina es de 1 a 3 partes por millón, pero cuando sobrepasa esa barrera, se pueden sentir síntomas tales como irritación en mucosas, ardor en la garganta, piel, ojos, lagrimeo y la sensación de cuerpo extraño.

El médico cirujano de Clínica Los Carrera, explica que, si bien, es poco probable las quemaduras por cloro, si esto ocurre, lo más importantes es retirar el traje de baño y lavar la zona con agua tibia libre de cloro por 15 a 20 minutos, “también será relevante acudir a un centro asistencial donde serán mejor evaluadas las quemaduras y el estado general del paciente para luego comenzar un tratamiento específico, de acuerdo a su gravedad”.

Respecto a las precauciones a considerar en estas vacaciones, el especialista explica que lo primordial es la prevención y el cuidado de la piel. “Si bien, los niños son los principales protagonistas de las piscinas es recomendable retrasar el contacto de los niños muy pequeños con las piscinas, ideal comenzar a usarlas desde los 4 años”.

Para personas con asma o alergias a la piel, se recomienda el uso de piscinas cloradas para evitar infecciones. A su vez, el profesional de Clínica Los Carrera advierte que “se debe evitar tragar agua, ducharse inmediatamente después de usar la piscina para eliminar gérmenes. Procurar el uso personal de artículos de baño, tales como sandalias, toallas, gorros, lentes, entre otros. En el caso de lentes de contacto, no usarlos en piscinas”.

“Sin duda, sabemos que las piscinas son parte del panorama más esperado para los chilenos y queremos invitarlos a inicien su instancia de descanso de manera segura, por ello recomendamos como comunidad médica siempre preferir establecimientos que garanticen una correcta mantención y uso de cloro en las piscinas”, explica el Dr. Alex Faneites.

Tanto se esté o no en un recinto con piscinas, el uso de bloqueador solar es indispensable. El especialista enfatiza que éste debe ser de “al menos, factor UV 50, el cual debe ser retocado frecuente e idealmente sea resistente al agua. Este debe ser aplicado entre 20 a 30 minutos antes de exponerse al sol y retocado cada dos horas”, puntualiza.

Finalmente, en caso de dolor en los ojos, secreción, coloración intensa en alguna parte del cuerpo, hinchazón de párpados, compromiso visual o inflamación ocular siempre consultar con un especialista para la valoración médica.