La entidad que preserva el legado artístico del grabador de origen mapuche presentó el viernes 28 de octubre en la Biblioteca Severín su proyecto de laboratorio artístico-tecnológico, desde el cual fomentará el patrimonio, las economías creativas y la identidad local entre los niños y niñas de Valparaíso. La instancia durará cuatro meses y culminará con una exposición itinerante de las obras de las y los alumnos.

Por Cristian González Farfán, para Radio Ritoque

En una ceremonia realizada el viernes 28 de octubre en la Biblioteca Severín, la Fundación Santos Chávez (FSCH) -entidad que resguarda y promueve el legado artístico del grabador de origen mapuche- inauguró el FABLAB de las Artes, un proyecto que busca fomentar la práctica artística y el uso de las tecnologías, con una perspectiva educativa orientada hacia la infancia.

Durante el lanzamiento, cerca de 20 de alumnos y alumnas de quinto básico de la Escuela Santa Ana (Barrio Puerto) y de sexto básico de la Escuela República del Uruguay (Avenida Argentina) recibieron un diploma que los acreditó como becados para ser parte del FABLAB que se extenderá por cuatro meses. Este grupo de niños y niñas participaron entre 2021 y 2022 en una marcha blanca del FABLAB, que consistió en talleres de artes visuales como el grabado, combinados con ciencia, dictados por la Fundación Santos Chávez en su sede Kallfü Mapu de calle Cajilla y en las mismas dos escuelas.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE DE CATALINA VILLAR

“Es un trabajo pionero, porque los FABLAB, cuyo significado es Laboratorio de Fabricación, están más asociados al diseño industrial. Nosotros lo estamos llevando al ámbito más territorial, con enfoque en lo artístico y al trabajo con la infancia. La idea es que adquieran más herramientas tecnológicas para ponerlas al servicio del arte”, comenta Angelly Arancibia, encargada del FABLAB de las Artes. La fase inicial del proyecto, agrega la bibliotecóloga y profesional de Mediación Territorial y Académica de la FSCH, les permitió a las y los alumnos “usar microscopios, identificar los papeles, conocer las pinturas y la profundidad del tallado de las matrices”.

La misma sensación tiene la directora ejecutiva de la FSCH, Josefa Scarella, para quien este proyecto es coherente con el cuarto objetivo de la Fundación, ya que persigue “nuevos métodos de entender la educación y la innovación académica con el fin de difundir la obra de Santos Chávez y vincular el arte con la ciencia en el largo plazo”. Para Scarella es relevante que “el talento de niños y niñas se retenga en Valparaíso, que sepan que viven en una ciudad patrimonio de la humanidad y que es la capital cultural de Chile. La idea es generar economías creativas desde la infancia”.

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE DE CATALINA VILLAR

Entre noviembre de 2022 y febrero de 2023, los niños y niñas seleccionados podrán adquirir mayores conocimientos en un conjunto de artes visuales, gracias al sistema de alianzas colaborativas con diferentes organizaciones. En dicho período, las y los alumnos contarán con el apoyo del FABLAB de la Universidad de Valparaíso y del FABLAB de la Universidad Adolfo Ibáñez de Viña del Mar, y de instituciones porteñas como La Bodeguita del Arte y el Museo del Grabado de la Universidad de Playa Ancha. Luego, exhibirán sus propias obras durante dos meses en la exposición final “Santos Chávez y la infancia”, que se realizará de forma itinerante en Valparaíso a partir de marzo de 2023, junto a las obras del mismo artista nacido en Tirúa (cuyo natalicio es el 7 de febrero).

FOTOGRAFÍA CORTESÍA DE DE CATALINA VILLAR

“No tenemos toda la maquinaria ni la infraestructura para un laboratorio de fabricación digital. Entonces lo que hicimos son alianzas con universidades que sí los tienen (láser, 3D; en fin, robótica) para que ellos puedan crear y usar la tecnología a su favor. Creemos que las redes de apoyo son fundamentales para cumplir los objetivos”, agrega Josefa Scarella.

La experiencia vivida en la marcha blanca motiva al estudiante de la Escuela Santa Ana, Fernando de Larraechea, a seguir aprendiendo en el FABLAB de las Artes. “Fue muy divertido para mí, porque había varias cosas que no nos indicaron hacer, pero yo las hice igual y las disfruté. Hice una proyección del futuro de Valparaíso como un sitio que va mejorando cada año. Estoy contento y creo que voy a aprender mucho”, dice Fernando, con su diploma de becado en la mano, abrazado a su madre.